Piazza del Duomo
La catedral Duomo, consagrada a Santa María del Fiore se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad. Data del siglo XIV, en pleno Renacimiento temprano. Es famosa por su gran cúpula, que tiene 45 m de diámetro y 100 de altura. Fue diseñada por Brunelleschi, uno de los más grandes arquitectos renacentistas. En el interior contiene unos frescos de Giorgio Vasari que representan el juicio final. El edificio, de unas dimensiones gigantescas, es de cruz latina, con una nave principal y dos laterales. El suelo está recubierto de mármol de colores que forma un laberinto de formas y texturas. Excepto la cúpula y los tejados de cerámicas naranjas, las paredes del templo están recubiertas de mármol toscano blanco, verde y rosa, formando dibujos nerviosos y mágicos. Este recubrimiento data del Renacimiento, excepto el de la fachada, que es del siglo XIX.
Una característica que tienen muchos templos italianos es que el campanario no está unido a la iglesia, sino separado, a pocos metros de la misma. Fue diseñado por Giotto y está completamente recubierto por mármol toscano de colores vivos.
Justo delante de la catedral se encuentra el suntuoso baptisterio, lugar donde se bautizan los bebés. El gran atractivo del baptisterio es la puerta Este, con paneles donde Ghiberti talló unos bajorrelieves en la madera y más tarde recubrió con papel de oro. Movido por su gran ego, talló su propia imagen en la puerta.
Plaza del Duomo, además de ser el fulcro del casco histórico, es, desde siempre, el corazón religioso de la ciudad, ya que, en la plaza, se encuentran los edificios religiosos más importantes de Florencia: la Catedral de Santa María del Fiore, el Baptisterio de San Giovanni y la torre-campanario de Giotto. Este barrio estaba dentro de las murallas de la antigua ciudad romana: recientes excavaciones en la zona de la Plaza han descubierto restos de las antiguas termas romanas. La zona se convirtió en el centro religioso de la ciudad cuando se construyeron el baptisterio y la catedral de Santa Reparata. Ésta última acogió, con una ceremonia solemne, el cuerpo de San Zanobi, que estaba en la cercana Iglesia de San Lorenzo. Antiguamente, la plaza era mucho más pequeña: el Palacio Episcopal estaba justo al lado del Baptisterio.
Ponte Vecchio
Es el puente más conocido y antiguo de Florencia. De origen medieval, fue remodelado durante el Renacimiento, sustituyéndose las tiendas de peleteros por las de joyeros. Fue el único puente que sobrevivió a los bombardeos nazis de la ciudad de Florencia en la Segunda Guerra Mundial, y actualmente es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad y uno de los lugares más frecuentados por los turistas.
La Piazza della Signoria
La famosa Piazza della Signoria es la plaza mayor de Florencia, donde se encuentra la Fuente Manierista de Neptuno, de Ammannati, la Loggia dei Lanzi y el Palazzo Vecchio (o Palazzo della Signoria) sede del Ayuntamiento. En la plaza se encuentran tres estatuas: Cosimo "el Viejo" a caballo, el Hércules y Caco y una reproducción del David de Miguel Ángel que está de guardia al Ayuntamiento junto a Hércules.
En la "Loggia dei Lanzi", se encuentran numerosas esculturas colección de los Medicis. Entre las más destacadas están "Perseo" de Cellini y el "Rapto de las Sabinas" de Giambologna.
El palacio Vecchio
Es la sede del Ayuntamiento de Florencia, finalizado en 1322, y aún mantiene su función original. Es famoso por su alto campanario, con una campana que llamaba a los ciudadanos a asamblea. Posee varios salones, como el de los lirios, y una pequeña colección de Arte en la que se encuentran la Victoria de Miguel Ángel o el Ángel con delfín de Andrea del Verrocchio.
Plaza de la República
Es una de las plazas más grandes de Florencia y el núcleo de la ciudad desde época romana. En el centro de la plaza está la Columna de la Abundancia, el corazón de la ciudad, símbolo del lugar donde se cruzan las principales calles de la antigua ciudad romana, la Cardo y la Decumano.
Iglesia Santa Croce
En 1295 empezaron las obras de la Iglesia de Santa Croce con la dirección de Arnolfo di Cambio. En los siglos posteriores, la basílica fue creciendo y embelleciéndose, aunque la fachada permaneció sin terminar. En el siglo XV, la familia Quarantesi financió la fachada con una condición: que se pusiera en el centro el escudo de la familia, pero los monjes se negaron y la fachada estuvo sin terminar hasta finales del siglo XIX, en estilo neogótico. En 1966, la fatídica inundación de Florencia provocó graves daños a la iglesia, que se convirtió en el símbolo de las pérdidas artísticas de la ciudad, pero, también, del posterior renacimiento gracias a un minucioso trabajo de restauración.
El interior:
El interior tiene una estructura de cruz egipcia con forma de “T”, con tres naves. La central, grande y solemne, tiene pilares octogonales y arcos ojivales que soportan los muros finos, símbolo de las doctrinas franciscanas. Arnolfo di Cambio, en su proyecto, quería reflejar la sencillez y pobreza de la orden, y por esto realizó la iglesia con una planta desnuda. Las amplias ventanas iluminaban los frescos de las paredes que describían, de una manera directa, la vida de Cristo y de los santos: era la Biblia de los pobres para el pueblo analfabeta. En la parte posterior de la basílica hay muchas capillas dedicadas a familias burguesas florentinas. Estos edificios conservan los frescos originales de Giotto y de otros maestros del siglo XIV.
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