Hay muchos motivos que la provocan y no sucede espontáneamente. Es una forma de intentar satisfacer las carencias y necesidades que no se encuentran dentro de la pareja.
¿Cuáles son las causas más comunes?
- No recibir atención por parte de su pareja.
- La rutina.
- Monotonía.
- Vida sexual deficiente.
- La falta de enamoramiento pero si de cariño.
- El factor sorpresa.
Hay que tener en cuenta que el sexo es un elemento esencial en la vida en pareja y si es deficiente o simplemente ya no se practica, quien se siente insatisfecho buscará su satisfacción fuera de casa.
Si hacemos caso a las encuestas, descubriremos que tanto hombres como mujeres son infieles casi en porcentajes idénticos, aunque en España las mujeres superan a los hombres, siendo estas más apasionadas en las infidelidades. También reflejan que son más las mujeres casadas las que tienden a ser infieles.
Otro dato curioso que descubrimos, es que las mujeres casadas encuestadas declaran que serían infieles si se les presentará la oportunidad con un 20%. Por otro lado el 60% de los hombres declaran que no rechazarían una aventura y casi todos tienen un matrimonio consolidado. Esta es la diferencia más clara entre hombres y mujeres, por decirlo de alguna manera, los hombres lo suelen hacer sin motivo aparente y las mujeres por alguna carencia.
¿Puede que todo esto ocurra por cuestiones de genes?
Por los estudios realizados podemos decir que sí. El hombre biológicamente es polígamo “el gen egoísta”. El hombre hace creer a su pareja que es fiel, con el riesgo de perderla si ella se entera. Esto se debe a que el gasto biológico del hombre para engendra un hijo es muy pequeño. En la mujer, tener un hijo supone un gasto mucho mayor, por lo que tienen que escoger con más cuidado a su pareja. Esta es la versión que nos da Dawkins.
Otros de los datos que nos ofrecen las encuestas y nos sobrecogen un poco es; que el 10% de los recién nacidos no son concebidos por sus padres, si no que tienen un desconocido padre biológico.
¿Cuáles son las carencias de una mujer?
Cuando un matrimonio lleva muchos años en convivencia, la aparición de un tercero hace que ella vuelva a sentirse renovada, seductora, atractiva, con ganas de arreglarse y sobre todo volver a verse y sentirse deseada. Normalmente a partir de la infidelidad de la mujer, esta se suele plantear su vida y pedirá un cambio a su pareja, si no se consigue, es fácil que la pareja se separe.
Es importante ser consciente de que necesitamos sentirnos atractivos y jóvenes y este es uno de los grandes motivos para ser infieles. En los hombres suele suceder alrededor de los 40 años, en la mujer antes de la menopausia ya que si no tiene sexo con su pareja y hay además un desgaste en la relación, necesitará sentirse guapa, atractiva y deseada.
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