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El coleccionista de relojes extraordinarios

Por Revistamujer.es

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Un libro de Laura Gallego que he leído recientemente y que me ha parecido fantástico. Espero que al leer este resumen os den ganas de leer el libro.

El Coleccionista de relojes extraordinarios de Laura Gallego García

La historia comienza narrando hechos que sucedieron muchos, muchos, años atrás. Una subasta, una puja por un reloj extraordinario y a continuación un duelo entre Lord Clayton y Jeremiah. Dicho reloj perteneció a Madame Deveraux, era legendario y escondía un gran secreto que uno de ellos quería descubrirlo y el otro ocultarlo. Jeremiah llevaba bastante dinero para la puja, pero no fue suficiente y una vez más Lord Clayton lo consiguió.

Al salir fuera de la subasta, Jeremiah le desafió y Lord Clayton sabia cuáles eran las reglas y no podía decir que no. Jeremiah mató a Lord Clayton pero también él fue herido en el hombro. Cogió el reloj y salió corriendo hasta embarcar en un barco, el Victoria. El juez del duelo iba a tapar el cuerpo de Lord Clayton cuando este abrió los ojos y le miró. Su herida de bala se había curado milagrosamente.

En la actualidad.

Jonathan es un joven de dieciséis años. Quería conocer España y allí estaba el con su padre y su nueva madrastra. Su padre le había regalado el viaje como regalo de cumpleaños.

Su padre (Bill Hadley) y la nueva esposa (Marjorie) y él, estaban delante del Museo de los Relojes, pero estaba cerrado aunque en el folleto que les habían dado ponía que estaba abierto. El padre entró en cólera y aporreo la puerta. El viejo guardián del museo les comento que la exposición estaba clausurada desde hacía siete años. Fue tal el escándalo que montó Bill que el pobre guardián accedió a que entraran.

Estaban fascinados viendo los relojes cuando desde las sombras apareció el dueño de la casa y de los relojes, el marqués. Hablaba en perfecto inglés.

Bill se dio cuenta de que la colección era errónea, ya que ponía en los folletos que había más de 600 relojes y él había contado 597 y si el motivo de cerrar el museo fue el económico ya que la entrada era gratuita. A tal pregunta el marques les pidió que le siguieran.

Jonathan estaba inquieto, había algo siniestro en el marqués.

En un cuarto con una puerta cerrada con un montón de cerraduras, había seis relojes más. Le dijo a Bill que dé está manera sumaban 603 relojes. El marqués les pidió que no los tocasen ya que él no se hacía responsable de lo que pudiera pasar, ya que ese fue el motivo de que se cerrase el museo, Bill pensaba que el marqués estaba loco.

El marqués le dijo que esos seis relojes que allí guardaba, estaban por una causa o por otros malditos. Por alguna razón Marjorie tocó uno de los relojes sin hacer caso a las advertencias del marqués y está cayó al suelo desmayada.

El marqués les dijo que no la separaran del reloj pues entonces moriría. Bill le dijo que estaba loco, entonces el marqués acercó a Bill al reloj y este también se desvaneció. Jonathan corrió a ver a su padre y al mirarle este era como que hubiese envejecido de pronto, le preguntó al marqués que le había pasado a su padre, este dijo que solo se había hecho ver cuál era la situación de su esposa, y como no era lo bastante fuerte para aceptar la verdad ahora se veía así.

El marqués le dijo que ahora su madrastra caminaba entre la vida y la muerte, que a lo mejor el sí tenía el temple que se necesitaba y que se acercara al reloj pero que no lo tocase. Jonathan se acercó al reloj y escuchó como Marjorie le pedía ayuda y la sacara de allí, su alma estaba atrapada dentro de aquel reloj. El marqués le informó que tenía que hacer algo para poder salvar a su madrastra. Le explico que el reloj de Qu Sui fue creado en China para un emperador que amaba las cosas extraordinarias. Como el emperador no quería darle cuerda constantemente le pidió a su creador que hiciera algo para ello y lo hizo, el reloj se alimentaba de almas para funcionar solo. El emperador empezó a alimentar el reloj con las almas de las personas que lo tocaban, así el pueblo se llenó de cuerpos vivos pero sin almas. Un día el emperador también apareció sin alma y el mago y el reloj habían desaparecido.

Jonathan disponía de doce horas antes de que el alma de Marjorie fuese arrebatado. La misión de Jonathan era encontrar el reloj Deveraux que se encontraba en algún lugar tras aquellas murallas que él no podía franquear. Jonathan emprendió su misión.

Jonathan se dio cuenta de que en realidad no sabía que reloj buscaba ya que no lo había visto nunca y pensó que debería regresar a casa del marqués para saber que reloj concretamente buscaba, pero al regresar se perdió. Se encontró con una vieja tienda de relojes y entró. Esperaba encontrar a un viejo relojero acorde con la tienda pero encontró a un joven con un ordenador en el mostrador. Le dijo que buscaba un reloj antiguo y este le dio un catálogo para que mirara. En el catálogo no estaba y se lo dijo al relojero, este le dijo que haría una llamada y que le esperase. Justo detrás de Jonathan, alguien le habló, era un anciano que estaba sentado entre los relojes y que él no había visto al entrar.

El viejo le dijo que se olvidara del reloj y Jonathan le explicó al anciano porque no se podía olvidar de él.

Antes la desesperación de Jonathan el anciano le dijo que nadie había podido encontrarlo y que seguramente “la gente” ya sabía que él estaba allí para buscarlo y que tuviera mucho cuidado con ellos. Jonathan no entendía porque buscar un reloj le podía traer problemas.

Para ayudarle en su búsqueda el anciano le dijo que buscara a Nico en la sinagoga.

La sinagoga estaba cerrada, llamó desesperadamente a la puerta, Nico una vendedor de puesto ambulante que estaba a la puerta de la misma le dijo que qué quería, este le dijo que buscaba a Nico y el vendedor se preguntaba por qué. Jonathan le explico que le buscaba porque era el único que había llegado hasta “ellos”, Nico le mando callar mirando para todos los lados. Entonces le revelo que él era Nico y que “ellos” le buscaban a él y que podían estar en cualquier sitio. Nico desconfiando de Jonathan, pues pensaba que era uno de “Ellos”, arrojo un medallón que tenía y le dijo que eso era lo único que tenía y salió corriendo. Jonathan no entendía a que veía esa forma de actuar de Nico, cogió el medallón y se lo guardo en el bolsillo.

Mientras cerca de Jonathan, alguien le estaba observando, cuando llegara el momento se ocuparían de él, como habían hecho con el resto.

Era casi de noche, las tiendas estaban cerradas y las calles desierta. Un hombre que apareció de la nada le preguntó si buscaba algo. El hombre conocía su nombre y le dijo que se dedicaba a hacer tratos. Le explicó que sabía quién era él y lo que quería y que le ofrecía algo. Abrió su mano y le mostró un reloj de arena, era el reloj de la vida de Jonathan. El hombre le dijo a Jonathan que todos cuando nacen tienen uno y cuando la arena deja de caer te llega la muerte. Le estaba ofreciendo la inmortalidad. Él le daba el reloj, si él le daba el reloj Deveraux y la Puerta.

Jonathan no podía acceder a ello, su madrastra estaba en peligro aunque pensó que la oferta era muy tentadora. El hombre siguió insistiendo, le estaba ofreciendo la inmortalidad y el simplemente le tendría que hacer un favor de vez en cuando. Jonathan no accedió y en ese momento el hombre se convirtió en diablo y fuera a atacar a Jonathan, pero este puedo escapar y salir corriendo pero cuando ya creía que le había perdido de vista, apareció de pronto y Jonathan entro en un edificio, al ver que el demonio no le seguía se extrañó hasta que descubrió que estaba dentro de una catedral. Pero él no estaba solo dentro de la catedral, había una chica de su edad más o menos y vestía de una forma rara e infantil. La chica se acercó a él y le dijo que iban a cerrar y que tenía que salir de allí, pero Jonathan no quería salir. Salieron los dos de la catedra y la chica se presentó, se llama Emma. Está le dijo que si se había perdido ella le llevaría dónde quisiera ya que se conocía la ciudad como la palma de su mano.

Jonathan le explicó a Emma lo que buscaba y esta le dijo que le iba a llevar a “Ella”, la mujer que tiene todas las respuestas.

Llegaron a una casa y pasaron directamente al sótano. Allí estaba la mujer en la penumbra de la habitación, Jonathan le contó a la mujer lo que buscaba y porqué. La mujer tenía una baraja de cartas y le pidió a Jonathan que cortara, eran cartas de Tarot que la mujer fue poniendo encima de la mesa. Jonathan estaba muy enfadado, no entendía para que le fueran a adivinar el futuro, pero Emma le mandó callar. La mujer era la Echadora de Cartas y la verdad es que no falló en nada de lo que le estaba sucediendo a Jonathan. La Echadora de Carta le dijo que el

Mago le podía enseñar el verdadero camino, que su futuro estaba marcado por un despertar, un cambio. Pero a Jonathan todo lo que la mujer le estaba contando no le servía de nada para resolver su misión, así que decidió marcharse.

En otro plano de esta historia, el marqués le mostró a Bill a través de un reloj que es lo que Jonathan estaba haciendo para salvar a su madrastra. A este le parecía que su hijo estaba perdiendo el tiempo y que era un inútil, así que le dice al marqués que el solucionará esto buscando el mismo el reloj ya que su hijo nunca lo encontrará.

El marqués para intentar ayudarlo y que así supiera lo que buscaban le enseño imágenes de la última vez que se vio el reloj hace tres siglos. Le mostró la belleza de tal reloj, todo de oro puro, tras ello, Bill se marchó.

Emma le dijo a Jonathan que había sido muy grosero con la Echadora de Cartas. Jonathan de repente se sobresaltó, un joven bien vestido pero muy abandonado en su imagen corría hacia ellos. El chico les dijo que por suerte les había vuelto a dar esquinado, a lo que Jonathan le preguntó que a quién, el respondió que a “Ella” La Dama. Jonathan le pregunto quién era él y este le dijo que un fugitivo por eso no les iba a dar su verdadero nombre, así que le llamaran Nadie.

Nadie les dijo, que si ellos estaban allí es porque tenían una Puerta. Jonathan no sabía a qué se refería y le comentó que él lo único que quería era un reloj. Nadie les dijo que “ellos” no querían relojes y Jonathan cansado de escuchar tanto la palabra “ellos”, le preguntó quienes eran esos, Nadie le contestó que los Señores de la Ciudad Oculta, la otra cara de la Ciudad Antigua, la sombre, su reflejo.

El marqués pensó que Bill iba a necesitar ayuda y mando a su gato en su busca.

En las calles de la ciudad, después de que se hubiera ido Nadie, otra persona pareció y se acercó a Jonathan. Era una mujer que ha Jonathan no le gustó, buscaba a alguien. Pregunto por Sebastián Carsí Villalobos, nacido el 27 de julio de 1977. Jonathan le dijo que por allí no había pasado nadie y se fue, los dos chicos supusieron que buscaba a Nadie.

Emma dijo que el reloj no estaba allí, que estaba en la Ciudad Antigua y que le iba a llevar al Hacedor de Historias, pero en esos instante se escucharon unos grandes ladridos, Emma palideció y le dijo a Jonathan que era la cacería y que iban a por él, que no podría escapar y que para poder hacerlo tendría que arrojar lejos la Puerta y así volvería a la Ciudad Antigua y los perros que eran los guardianes de la Ciudad Oculta ya no he atacarían, pero Jonathan no podía abandonar a Emma allí así que decidieron echar a correr.

Corrieron y huyeron durante mucho tiempo, Emma le insistía en que tirara la puerta y que confiara en ella. De pronto algo le empujo, se sintió caer al vacío y luego oscuridad.

Despertó en un arbusto. Llamó a Emma y nada. Busco el amuleto, lo cogió y el paisaje cambio, una chica vestida de blanco esta ahora allí, y según ella Jonathan le estaba alterando su sueño y que se marchara. Jonathan se fue.

El padre de Jonathan no tenía suerte en su propósito, nadie hablaba inglés. Unos chicos que algo le entendían le dijeron que buscara en el convento.

Jonathan ahora comprendía las diferencias de una ciudad a otra. Una había evolucionado y la otra se había quedado en la antigüedad. Se preguntaba por qué el marqués no había podido entra cuando ya sabía de dos personas a parte de él que si habían podido pasar.

Ahora se encontraba en un lugar donde estaba la antigua relojería Moser en la otra ciudad. Esta era una tienda mugrienta y vieja y Jonathan entró. Todos los objetos de la tienda eran fantásticos y tenían vida propia y había muchos relojes. El dependiente de aquella extraña tienda era un duende. Jonathan le preguntó por el reloj. El duende le comentó que hacía tres siglos que nadie lo había visto al igual que la puerta que el llevaba. Le explicó que la puerta sirve para entrar y salir de la ciudad y que dentro del amuleto había un reloj que era el que marcaba la diferencia entre una ciudad y otra. El duende le dijo que el marqués no podía pasar porque era un exiliado y este no se atrevía a desafiar la Prohibición.

Bill se encontraba en la comisaria por realizar un gran alboroto en el convento, pero de repente un gato se aproximó a él, este le dio una patada para que se fuera pero el gato se subió a su regazo dejando un medallón, este lo cogió y todo cambio a su alrededor.

Jonathan encontró de nuevo a Emma, pero allí estaban otra vez los perros rodeándola, era extraño pero a ella no la atacaban. Emma le dijo que se fuera que ella estaría bien y Jonathan una vez más con la ayuda de la Puerta dejó la ciudad pero estaba inquieto por Emma y no sabía muy bien porque.

Para sorpresa de Jonathan allí estaba su padre rodeado de perros. Jonathan llamo la atención de los perros que le siguieron y para evitar que le atacaran arrojó la Puerta, espero unos cinco minutos y regreso al lado de su padre que estaba muy confuso. Ya más tranquilos se encontraron nuevamente con Emma. Jonathan ya desconfiaba de ella y le pregunto que quien era ella realmente ya que estaba empezando a desconfiar.

Emma no era humana, esto destrozó a Jonathan.

Jonathan le pide a su padre que regrese junto a su mujer, este no quería pero al final accede. En su camino se encuentra con el Contador de Estrellas que también era inmortal y le dice a Jonathan que estaba dispuesto a contarle porque ocultaban el reloj.

“Ellos” vieron el nacimiento del universo, el nacimiento de la vida, son observadores. El creó el reloj Qu Sui, pero él no añadió el orbe monstruoso, lo hizo el marqués.

El marqués siente desprecio por los humanos. “Ellos” crearon la ciudad oculta para proteger el reloj Deveraux. Emma aparece y le dice a Jonathan que se tienen que ir.

Están ante un juicio y Jonathan era el enjuiciado. Había cinco personas allí. Emma y el Contador de Estrellas dijeron que no podían seguir matando a todos los humanos que llegaban y que Jonathan se merecía una explicación. El consejo aceptó.

En la gran mesa que los separaba, uno de otros, apareció el reloj, pero no era real solo una ilusión. Le explicaron que el reloj era capaz de detener el mecanismo del reloj de Qu Sui y devolvería el alma a su madrastra pero el precio que había que pagar era la destrucción total del universo.

El marqués estaba cansado de vivir y buscó a la Muerte, pero está no es quien se lleva la vida, es el tiempo. Él quería envejecer como todos los mortales y buscaba la mortalidad. Él sabía que podía llegar al corazón del Tiempo a través del vórtice (un agujero en el tiempo) y si eso sucede todo volará por los aires, porque el Tiempo no puede contener algo que no tiene edad. Por éste motivo no había forma de salvar a Marjorie, de una forma u otra moriría.

Todos estaban presentes. Jonathan le pidió a su padre que estuviera atento a lo que iba a suceder. Le comentó que uno de esos hombres inmortales se hacía llamar Jeremiah y fue el que se llevó el reloj, y le explica lo que sucederá si el marqués lo coge.

Los inmortales uno a uno iniciaron un ritual renovando el voto de su firme voluntad de proteger el reloj Deveraux. Todos ellos deseaban morir, pero no lo hacían para proteger a los humanos mortales. El marqués desafió a Jeremiah y este aceptó.

Jeremiah opto por el combate mental. Consistía en mirarse a los ojos y pelear con la fuerza de sus mentes, aquel que tenga la voluntad más fuerte resultará el vencedor.

Ya iban a dar las seis y a Jonathan se le ocurrió algo, le dijo a su padre y a Emma que le ayudaran a llevar a Marjorie y el reloj al exterior. Para no tocar el reloj lo llevaban atado con una cuerda y lo llevaban arrastras, el padre de Jonathan llevaba a su mujer en brazos.

Jeremiah venció al marqués, así que Emma le pidió al marqués que tocara el orbe, la mano del marqués rozó el cristal “Que tu alma quede prisionera en el orbe que tú creaste”, fueron las palabras de Emma.

El padre de Jonathan se acordaba de todo, pero hacía como que no. Marjorie por fortuna no se acordaba de nada. Jonathan le había propuesto a Emma hacerse inmortal para quedarse con ella, pero ella le dijo que no, que conocería a alguien, tendría hijos, nietos, etc. y ella los cuidaría por toda la eternidad. Emma le beso y Jonathan experimentó cosas que jamás podría haber imaginado. Jeremiah le dijo que gracias a él ahora ya no tendría que mantener activa la Prohibición. Jeremiah siempre había pensado que los inmortales eran inferiores a ellos, pero su voluntad de seguir adelante les había impresionado.

Jonathan regresa a casa con el reloj-puerta en sus manos.

Sandra R.I.

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