La fibromialgia es un trastorno crónico que produce cansancio y dolores musculares, con dolor y sensibilidad en todo el cuerpo. Ocurre con mayor frecuencia en las mujeres y a temprana edad. Las personas con alguna de estas otras enfermedades es más probable que la parezca:
- Lupus eritematoso sistémico.
- Espondilitis anquilosante.
- Artritis reumatoide.
Algunos otros síntomas para distinguir la enfermedad son:
- Dolores de cabeza.
- Menstruaciones dolorosas.
- Dificultad para dormir.
- Rigidez por la mañana.
- Adormecimiento en las manos y los pies.
- Dificultad para concentrarse y mala memoria.
No es fácil poder diagnosticarla ya que las dolencias que causan son comunes a cualquier otra enfermedad. Las pautas que siguen los médicos para poder diagnosticarla son:
- Antecedentes de dolor generalizado que dura más de tres meses.
- Síntomas físicos, despertarse cansado y problemas cognitivos.
- Número de partes del cuerpo que estuvieron adoloridas la semana anterior.
El médico de cabecera y los reumatólogos son los encargados de tratar la fibromialgia. No todos los médicos están familiarizados con esta enfermedad, por lo que será importante encontrar uno que conozca su tratamiento y en muchos casos es un trabajo en equipo, que incluye a su médico y un fisioterapeuta. Buenos lugares donde poder tratarla son las clínicas para el dolor y las de reumatología.
Para adaptarse a esta nueva condición de vida, se deberán seguir estas pautas:
- Dormir lo suficiente, con un sueño adecuado para de esta manera aliviar el dolor y la fatiga. Siempre trataremos de ir a la cama y despertarnos a la misma hora. A partir de la tarde, evitar el alcohol y la cafeína.
- Hacer ejercicio durante el día preferiblemente por la mañana.
- Si se hace siesta durante el día que no supere la hora. Es importante usar la cama solo para dormir y relajarse antes de acostarse.
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